De acuerdo con la revista Medicine and Science in Sports and Exercise, caminar reduce el riesgo de sufrir cualquier enfermedad crónica. Desde el dolor de las articulaciones, a los problemas cardiacos y vasculares, pasando por la obesidad, el estrés o la depresión.
Yo no digo que sea cómo correr 1 hora diaria, porque además de las veces que lo he intentado en mi vida ( que habrán sido dos), he llegado a la conclusión de que el deporte no está hecho para mí.
Esa conclusión viene abalada de mi falta de compromiso hacia el deporte y sentirte en forma, lo sé. Pero es que, no me gusta el deporte, soy una negada para el aprendizaje. Mi marido, intentó enseñarme pádel, y al final, acabé decepcionada conmigo misma, con el hecho de no dar ni a una pelota.
Luego está el gym. También lo he intentado, estuve de joven acudiendo durante un año. Hacía aeróbic, y cualquier clase que tuviese que ver con el baile incorporado. Bueno, pues, tampoco funcionó. Me sentía un pato mareado, no pillaba los pasos, y al final, acababa por no querer volver nunca más.
La segunda vez que fui a un gimnasio, fue nuevamente con la iniciativa de mi marido. Sin niños todavía, vimos una oferta y nos apuntamos. Al principio, empezamos con máquinas, a nuestro aire, pero eso no lo hacíamos bien, y no había motivación.
La motivación vino, cuándo nos «colamos» por casualidad, para ver qué tal era, una clase de spinning. Había personas de todas las edades, la verdad. Pero no os podéis imaginar mi frustración, al ver que no llegaba al nivel que la clase tenía. Al final, vino y todo el profesor a decirme, que era normal los primeros días, que tuviese constancia y paciencia.
En efecto, así fue. Tras unas semanas, me pude ver al nivel de los demás. Hasta íbamos a reservar sitio, porque las clases estaban siempre a tope. Y la verdad, es que la música acompañada de un buen profesor que te motive…hace mucho.
No obstante, en verano, decidimos descansar…y…ya no volvimos.
Así que, nuevamente, me di cuenta que el deporte es necesario a cualquier nivel.
Tras dos niños, y mucho estrés, mi cuerpo está cansado. Noto la musculación agarrotada, si me siento, apenas me puedo levantar. Me duele la espalda, piernas…por no decir, cómo me siento mentalmente…agotada. Tengo ansiedad, y a días, meses…casi no me puedo ni ver a mí misma de lo mal que me siento…así que, sí, necesitamos el ejercicio en nuestra vida.
Pero, ¿qué hacer si no te gusta?…
Pues lo que yo, cada mañana cuándo dejo a mi hijo mayor en el colegio, me higo un recorrido de 1 hora, junto a mi pequeño. Lo he dejado ahora en verano .
Y, lo voy a comenzar a realizar nuevamente, cúando deje a mis dos peques en septiembre en el colegio. Porque sí, caminar me gusta. Y sí, tiene beneficios, a pesar de que la mayoría piensa que caminar es aburrido, y no tiene sentido.
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