«Es el último año que invito a familiares al cumpleaños de mi hijo, en lugar de celebrarlo con sus amigos».

Ésta frase, me la he repetido durante los dos últimos años, y nada, no la cumplo.

Éste año, ha sido peor todavía, aunque he de decir, que al final, salió más menos bien la celebración con los amigos.

Primero, mi hijo quería hacer una fiesta de pijamas. Invitaba a sus cuatro amigos de siempre, y menos uno que su madre no quiere dejarle dormir fuera de casa, los otros en principio iban a quedarse. El 30 de noviembre, envié un mensaje de whatsapp, a las mamás (dos de ellas amigas con las que ya hemos quedado a comer o cenar, y salidas varias, incluidas barbacoas en mi casa) dónde les decía que el día 23 nos gustaría invitar a los amigos a comer, cenar y quedarse a dormir en casa.

Decidimos el 23, porque el 22 (día de su cumpleaños), la familia siempre insiste en venir para traerles el regalo, y «sacrifico» a los amigos, para dedicarles ése día a ellos, a la familia. Mis sobrinos de 16 años, evidentemente les da igual venir o no. Y la pequeña de 7 años, pues no es muy compatible para asistir con los amigos de mi hijo, pues no comparte juegos con ellos.

Bueno, pues dos dijeron que ok. otra te lo confirmaré y la última cuyo hijo es el que mejor se lleva con el mío, pues decía que no sabía todavía porque seguramente se iba de viaje, pero dependía de su marido si trabajaba o no. Bueno, hasta ahí, lo entendí. Hablé con mi hijo, y decidimos retrasarlo. En parte, también fue «culpa» mía, porque en principio el 27 de diciembre no íbamos a ir de viaje a Andorra, por lo que ya hasta enero, no podíamos celebrarlo.

Le dije, o lo celebramos una semana antes de tu cumple, o ya el 3 de enero, que se suponía volvíamos de viaje. Al final, quedamos en el 3 de enero. Escribí mensaje, y les pregunté antes de nochevieja o en enero. La misma me dijo que en nochevieja también se iba de viajes, y otra me dijo que en enero los hijos los tendría su marido (está recién divorciada). Bueno, pues hablo con el Ex marido, me dice que ok, que él los traerá el 3 de enero. Las otras dos me dicen ok también. Espero a la del viaje. Me dice ok al 3 de enero.

Unas dos semanas antes, nos vemos para comer, y de pronto, me sueltan que se van de viaje, y que la divorciada, resulta que había cambiado la semana con su ex, y los nenes al irse ella de viaje, se quedaban con su familia, que vive en un pueblo a una hora de aquí. Y la otra, que volvía ése día de viaje. «Déjalo para el 14 de enero»… yo, para variar dije «ok».

Pero, luego mi marido, me dijo, no. Ése fin de semana tengo un torneo de pádel y estarás sóla, y además que no hay más cambio ése día y que venga quién pueda.

Pues le hice caso a mitad, y pospuse un día la quedada. El día 4. Quién pueda que venga, ya no podía hacer más.

Un par de días antes, me escriben y me dicen que salen en la cabalgata de reyes, y que el día 3 y el 4 tienen que ensayar. » NO pueden venir???» , les dije. «Bueno, depende de la hora». ¿En serio?. Tanto dura un ensayo???

Resulta que no. Que el ensayo era de 17 a 19h, y que el viaje de una de ellas que se suponía venía el 3 de enero, ahora no. Venía el 2 y así podía ir al ensayo. Y la otra, pues se organizaría con su familia, para que lo llevasen también al ensayo, y luego venir al cumpleaños. Así pues, una mamá se encargó de llevarlos al ensayo, y luego traerlos a dormir a casa.

La cosa sigue. Dos días antes, escribo a una de las mamás, y le digo si pueden traer al nene o voy a recogerle (es el nene que no se quedaba a dormir). «Es que está con la garganta fastidiado, te lo iba a decir»… ya, puedo creérmelo, pero llevo dos cumpleaños en los que las excusas son cada vez más abundantes, y a mí no me da igual, me da lástima, por su hijo que no disfruta con los amigos, y por mi hijo, que se lleva también muy bien con el de ésta mamá. No le contesté más que «se mejore».

La noche antes, me quedaba la otra mamá, la número cuatro. «A qué hora llevo a mi hijo?». Pues, cuándo quieras le dije, lo único que hay uno que está malito, y los otros dos no vienen hasta las 20, claro si tu hijo no se queda a dormir, pues va a estar él sólo, y pueden jugar y eso, pero cumpleaños lo que se dice cumpleaños, no va a ser. Así que, me dijo que mejor lo dejábamos, porque no quería eso, quedarse a dormir (cuándo desde el30 de noviembre que venía cambiando fechas, y confirmando asistencia, en ningún momento me insinuó que no iba a quedarse a dormir) y además ellos trabajaban y les venía mal traerlo. No insistí ma´s. Fuí sincera, iba a estar sólo, y no es uno de los más afines con mi hijo.

En fin, al final llegó el día 4. Sus dos amigos vinieron sobre las 20. Jugaron a las consolas, cenaron pizza, se durmieron sobre las 3.30 de la madrugada, se levantaron desayunaron viendo la televisión. Jugaron nuevamente a consolas hasta las 12. Luego, cómo vivimos en un campo, estuvieron jugando fuera, comieron juntos, y sobre las 16.30 vino el padre de uno de ellos para llevarlos a la cabalgata de reyes.

Mi hijo me dijo «lo hemos pasado genial». Me basta. No les he pedido dinero para regalo. Pero mi hijo insistía en qué le iban a regalar sus amigos. Al final, el día antes, fui y le compré un lego que le hacía ilusión, y les dije a sus amigos que se lo diesen. Sus madres, no me han vuelto a preguntar si le he comprado algo o no. No me han agradecido que les haya atendido lo mejor que sé. No he recibido mensaje de mi hijo se lo ha pasado genial.

Ésto me ha supuesto una ansiedad y tristeza inmensa, porque he hecho lo que he podido, lo mejor que he podido con mis recursos. Todo por contentar a un niño, a mi hijo. Que me desvivo por él, pero que al mismo tiempo pienso que pocas madres hacen lo que yo. Lo hago porque me gusta verles contentos y felices (lo sé, a qué madre no), pero sé de otras madres, que ni lo celebran, ni se molestan en intentar hacerles el cumpleaños que sueñan, ni valoran el esfuerzo de otras mamás cómo yo, que un mes antes, intenta organizar una noche inolvidable de niños de 11 años.

Sé que volveré a tropezar en la misma piedra el año que viene. Pero espero que antes de caer, me sujete y piense «no, éste año con los amigos, la familia puede esperar».