¿La vida es complicada, o la hacemos nosotros?

Ésta pregunta nos la hacemos una y otra vez, el ¿por qué?, pues porque nunca estamos contentos con lo que tenemos, o si lo estamos buscamos mejorarlo, utilizando recursos negativos a modo de convencimiento, de que algo nos falta para ser felices.

Es así. La vida nos da y nos quita, sino ¿qué sentido tendría vivirla?. Hoy en día en una civilización llena de electrónica, de medios que nos controlan la mente, la vida, controlan la existencia de cada uno de los seres vivos que habitamos éste planeta. No sé si cómo en las películas, llegarán a controlarnos, no de manera explícita, pero sí es cierto, que están empezando a controlar nuestra mente.

Es decir, a diario vemos, buscamos información en facebook, instagram, tik tok… y un largo etcétera de apps que controlan nuestros gustos y aptitudes. Qué queremos una lavadora nueva, pues basta sólo una búsqueda, para que al día siguiente, tengamos miles de anuncios de lavadoras, publicidad que nos inunda los móviles, y qué finalmente, acaba por agotar nuestra paciencia, y mandarlo todo a la basura.

Nada es seguro. Y, está claro, que controlan nuestras vidas y nuestros gustos. Analizan cada paso que damos, y nos ofrecen aquello que buscamos, y al hacerlo, satisfacen nuestros apetitos voraces por consumir publicidad.

Somos lo que han creado. Cómo en Matrix, la película, somos baterías que recargan las empresas cibernéticas. Nuestros hijos, nacidos en la era de la tecnología, no saben lo que es NO jugar cada día con las consolas, o ver la televisión, y conectarse a internet.

Los pequeños de 4 años en adelante, ya saben manejar un móvil, y es seguro, que mucho mejor que sus abuelos, que tras años de vivir sin «nada», están viendo cómo la vida moderna, invade sus hogares dejándoles en la más oscura verdad, la vida ya no es lo que era.

La vida moderna, cómo ellos dirían, está dejando paso a entidades bancarias, que ya no atienden a las personas. Para ello están los cajeros, dónde puedes sacar dinero, pagar recibos, hacer devoluciones, etc. y si no te aclaras, la banca online, descárgate la App, y ahí tienes todo lo que necesitas. Así te lo dicen cuándo vas al banco. Pero, nuestros mayores no entienden que no puedan ir a su entidad bancaria, y solicitarles que les den 50 euros para pagar en la tienda.

Y, es que ya queda poco de ésa generación de campo, de inmigrantes, de trabajadores sin descanso. Ya no queda nada de esos niños jugando en la calle a la peonza. Ya casi ni recordamos lo que es un teléfono fijo. Las cabinas de hecho, han desaparecido de las calles. Ya no recordamos el envío de cartas mataselladas. Casi ni veo ya buzones por las calles.

En Navidad, las cartas de los RR.Magos, se entregan al cartero Real, ó simplemente, puedes conectarte online a la página de Correos, y enviarles digitalmente la carta. ¿Triste no?.

Así es el mundo de hoy en día. Todavía queda una generación que recuerda cómo se vivía sin tecnología. La mía, la del 197… porque a partir de los 90 la cosa ya empezó a cambiar.

Y la modernidad empezó a llamar a nuestras puertas para evitar el aburrimiento, para (y ésto sí, es bueno) acercarnos a nuestros seres queridos lejanos, para enseñarnos miles de formas de aprendizaje con youtube, para estar informados de noticias, para comprar todo aquello que queramos, para en definitiva, ser uno más de ésta sociedad que a pesar de todo, sólo nos deja apatía, infelicidad, y pocas ganas de empatizar con el prógimo.